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La mujer que recibe de su madre la fe, la tiene que transmitir con integridad a su nueva familia, como lo más sagrado que debe hacer.

1 -Pide a la Iglesia cuando bautiza a sus hijos, la fe, pues sólo ella, la Iglesia, puede otorgar los dones de arriba; esto es todo lo que es "sobre-natural”.

2 -La mujer, con toda su familia¹, debe instruir en la fe a sus hijos quienes aprenderán que es Dios quien nos da su gracia para vivir como hijos adoptivos² de Dios, verdaderos no solamente de nombre.

3- Ella enseña, con su ejemplo, la vida sacramental, sobre todo la práctica frecuente de la Sagrada Eucaristía. Enseña también, de palabra, las oraciones y los rudimentos de la fe, hasta entregar cabalmente a sus hijos lo que debe creer un buen Cristiano.

4 -Debe trasmitir el primero y más grande mandamiento: "AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN, CON TODA TU ALMA, CON TODAS TUS FUERZAS. y Dios que quiere conceder a quienes le piden con perseverancia, les dará también vivir el segundo y muy importante mandamiento: "AMARÁS AL PRÓJIMO COMO A TI MISMO". El primer mandamiento y causa del segundo, es la intimidad misma con Dios, pues nos lleva a descubrir el misterio de la Santísima Trinidad. Esto es: a descubrir el Amor.

5- Amar es obedecer. No es fácil obedecer a Dios, y esa obediencia sólo se aprende con el ejemplo. La mujer, escuchando el mandato de Dios, debe obedecer a su marido. Si lo hace abiertamente ante sus hijos, estos verán lo que es obediencia. Todo lo demás, respecto al Amor, es inútil y, en ocasiones, hasta peligroso. "Jesús se hizo OBEDIENTE hasta la muerte, y muerte de cruz".

6 -Nadie puede amar a quien no conoce. Todos tenemos el Evangelio. De todas las formas imaginables, antíguas y modernas, la mujer debe empapar a sus hijos de todo lo que quiso Dios que conociéramos de su Divino Hijo encarnado por amor a nosotros. Todo está en esos cuatro libritos. Quien se acerca a ellos con fe termina por amar a Dios y buscar la santidad.

7 -Para enriquecerse del Evangelio, no basta leerlo, es necesario meditarlo y pedir mucho, en familia y en privado, para que el Espíritu Santo nos descubra todos los tesoros que están ahí escondidos y los quiere dar a quien lo pida.
8 -La Iglesia que nos da la fe y los sacramentos, también nos enseña lo que debemos de creer, y cómo vivir. La mujer, debe enseñar a sus hijos la obediencia a la Iglesia, no mirando al "hombre" que la representa, sino a Quién le da LA VIDA, LA AMA, y ni puede engañarse ni quiere engañarla.

9 -La oración del "Padre Nuestro" nos enseña a pedirle que no nos deje caer en tentación. Nosotros debemos huir de la ocasión. No podemos hacer más: Orar, sin intermisión, y huir. Los santos así lo hicieron.

10 -Sin tener quien interceda por nosotros con un amor pleno, es imposible lograr lo que queremos. La Santísima Virgen María es la perfecta intercesora de todas las gracias, y es madre nuestra. Debemos acudir diariamente a Ella. Hacerlo, es un gran consuelo.

¹ En el desarrollo de estos diez puntos trataré de hablar del enrome papel que debe jugar el esposo, y cómo se ha de educar a los hijos.

² Siempre es bueno recordar que UNO es el unigénito y los demás, como hijos adoptivos, participamos de la naturaleza Divina.